En Bolivia existen 800 mil niñas, niños y adolescentes trabajadores que representan el 21.3% de la población económicamente activa.
Los criterios económicos y sociales sobre la aplicación de políticas para evitar el trabajo infantil no se constituyen en salvaguardas a la explotación del trabajo infantil que actualmente existe en Bolivia.
Las esperanzas cifradas en niños y adolescentes para un futuro promisorio, se echan abajo por falta de cimentar estructuras productivas que asimilen mano de obra y empleo para el sosten de las familias pobres, que sería un paliativo para el retiro paulatino de niños y niñas trabajadores que actualmente invaden las calles de los prinicipales centros urbanos.
Cada año el 12 de abril se celebra el día del niño y lamentablemente las condiciones de explotación laboral infantil son mas crecientes. Para desarrollar acciones destinadas a redireccionar la ocupación infantil se hacen necesarios programas de capacitación inclusivas al aparato productivo y que el desempeño laboral sea solamente a partir de los 15 años.
La población menor de 15 años necesariamente deberá ser protegida por el Estado, incentivando su formación y destinando recursos a la provisión de las mas elementales necesidades humanas como es la alimentación, la salud y la educación.
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