A finales del año 2015 y principios del año 2016, la presencia del fenómeno del niño en Bolivia, tiene variadas consecuencias, que han establecido rangos de exceso de lluvias y sequía extremos. En el análisis de las consecuencias que han tenido sobre las poblaciones más vulnerables y la producción, podemos observar una marcada afectación en los cultivos principales que desencadenarán una inseguridad alimentaria en pequeñas poblaciones y pérdidas que tomarán formas y medidas de recuperación a mediano plazo.
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