Una de las carencias que implican una alta mortalidad infantil en el mundo, es la falta de agua potable y saneamiento adecuado e higiene. Según estadísticas alarmantes 1.400 niños menores de cinco años mueren diariamente de enfermedades diarreicas.
Si bien el acceso a las fuentes de agua para consumo humano es un derecho humano universal, niños, mujeres y hombres en varios países no tienen acceso al agua y al saneamiento.
Existen vínculos complejos entre el acceso al agua y el desarrollo, el acceso al agua hace de este preciado elemento un recurso natural directamente afectado por el desarrollo socioeconómico.
En el mundo 748 millones de personas privadas de acceso a fuentes de agua preservadas de la contaminación. Las primeras víctimas de esta situación son los pobres, las poblaciones marginadas y las mujeres.
La reflexión es para los gobiernos, para dotar agua y saneamiento a poblaciones vulnerables, porque implica una de las causas más lacerantes de mortalidad en el mundo.
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